Le piden a la Virgencita del Carmen por la "Locomotora" Oliveras
En la semana de la fiesta patronal de la madrecita, se recordó que la ex boxeadora es oriunda de esa ciudad de Jujuy.
El Carmen reza por su campeona: en el Día de la Virgen del Carmen, piden por la salud de Alejandra la "Locomotora" Oliveras. Esta semana se celebró la fiesta patronal de la madrecita y no faltó el pedido por la salud de la ex deportista que está atravesando su momento más crítico de salud tras sufrir un ACV.
También se sumaron a través de las redes sociales algunos mensajes enviándole fuerzas, a la vez que apareció su CM (community manager) a agradecer toda la buena onda recibida.
Este 16 de julio fue el Día de Nuestra Señora del Carmen, la fe se refuerza en cada rincón de Jujuy, especialmente en la localidad de El Carmen, cuna de Alejandra "La Locomotora" Oliveras. La seis veces campeona del mundo en boxeo hoy atraviesa un delicado momento de salud y son muchos los que, con profundo respeto y admiración, elevan oraciones por su recuperación.
La coincidencia con esta fecha no pasa desapercibida. La Virgen del Carmen es patrona y generala del Ejército de los Andes, símbolo de fuerza, protección y lucha. Valores que también definen a Oliveras, reconocida por su entrega, coraje y determinación tanto arriba del ring como en su vida personal. Desde su ciudad natal, ubicada a solo 25 kilómetros de la capital jujeña, se multiplican los mensajes de aliento y las plegarias para que vuelva a ponerse de pie.
La devoción a la Virgen del Carmen tiene siglos de historia. Según la tradición, su figura se apareció el 16 de julio de 1251 al superior de los carmelitas, San Simón Stock, y le entregó el escapulario, prometiendo protección espiritual. En América, y particularmente en Cuyo, la fe en esta advocación mariana creció al punto de que el General San Martín la nombró Generala del Ejército Libertador y le entregó su bastón de mando en 1817, justo antes de cruzar los Andes.
Hoy, ese símbolo de fuerza femenina y protección vuelve a cobrar sentido para muchos que, desde la fe, piden por Alejandra. La campeona, que alguna vez desafió lo imposible con los puños, ahora lucha con la misma entereza por su vida. Y su pueblo la acompaña, con el corazón en alto y la esperanza intacta.
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