Dolor total por la muerte del chef más querido de la televisión
Día negro para la cocina: Murió otro histórico chef de la tv. El cocinero experto fue muy cercano al Gato Dumas. Tenía 87 años y un vínculo muy fuerte con la Argentina. Esta es la historia de Ramiro Rodríguez Pardo.
El célebre chef de origen gallego Ramiro Rodríguez Pardo, socio y amigo del recordado Gato Dumas, falleció dejando un legado imborrable. Desde su icónico restaurante Catalinas hasta el legendario programa de Televisión "Gatopardo", marcó una época con su elegancia, disciplina y respeto por el producto.
La gastronomía argentina está de luto. Hoy se despidió uno de sus más grandes referentes, Ramiro Rodríguez Pardo, el chef y maestro que, junto a su inseparable socio Carlos "Gato" Dumas, elevó el nivel de la cocina local y educó el paladar de varias generaciones. "Hoy se fue el otro gran prócer de la gastronomía argentina junto al Gato. El gran Ramiro Rodríguez Pardo, gallego de origen, formado en colegios jesuitas, que llegó joven a Buenos Aires para marcar historia", informó la noticia el chef Dante Liporace.
Quién fue Ramiro Rodríguez Pardo: esta es su historia
De origen gallego y formado en colegios jesuitas, Rodríguez Pardo llegó joven a Buenos Aires a fines de la década de 1950, escapando del mandato de convertirse en sacerdote. Con una licenciatura en Filosofía y Teología, cambió el seminario por las cocinas y encontró en la capital argentina el lugar para hacer historia.
Su sello quedó inmortalizado en el inolvidable restaurante Catalinas, donde fue socio de Iván Robredo. Allí, Ramiro impuso un estilo basado en la elegancia, una disciplina rigurosa y una profunda cultura gastronómica. Sus principios eran claros: respeto absoluto por la materia prima, una ejecución impecable de la cocina clásica y una visión europea que sofisticó y transformó la mesa porteña.
Junto al eterno Gato Dumas, formó una de las duplas más queridas y recordadas de la televisión. Su programa "Gatopardo" no fue solo un ciclo de cocina, sino una cátedra de buen gusto que enseñaba, divertía y abría caminos para todos los cocineros que vinieron después. Ellos desafiaron lo que el crítico Miguel Brascó llamó "la cocina marrón de Buenos Aires", un menú repetitivo de milanesas, peceto y tomates rellenos, informó El Destape.
Comentarios