Demolieron la casa donde vivió Cerati y encontraron restos humanos

Una obra en construcción en Avenida Congreso al 3700, en el barrio porteño de Coghlan, dio un giro inesperado cuando, durante tareas de excavación, los obreros hallaron restos óseos humanos y otras pertenencias. El terreno pertenece a una propiedad que en su momento fue alquilada por Gustavo Cerati, entre los años 2001 y 2003.

Lo que hoy es un portón negro con montañas de tierra detrás, fue tiempo atrás el hogar de artistas como Charly García, Fito Páez y Hilda Lizarazu, que pasaban largas horas allí junto a Cerati, en el que fue también un espacio creativo y de encuentro cultural.

La dueña de la casona, la artista Marina Olmi -hermana del actor Boy Olmi-, le alquiló la propiedad al líder de Soda Stereo durante los años en que ella residía en España. Recientemente vendió la casa, que fue demolida para dar paso a la construcción de un edificio.

Pero el pasado se negó a desaparecer del todo. Según consta en el parte policial, "en un momento dado, se desprendió un trozo de tierra de la casa lindera y quedaron a la vista lo que aparentarían ser restos óseos humanos". También se encontraron relojes y objetos personales, lo que abrió interrogantes sobre el origen y la antigüedad de los restos.

La investigación quedó en manos de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 61, a cargo del Dr. Martín López Perrando. Este jueves 29 de mayo, trabajó en el lugar la Policía Científica, que recogió los restos para las pericias preliminares. Si se determina que los huesos tienen más de 100 años de antigüedad, la causa podría pasar a la Justicia Federal.

Una casa con historia y misterio

En diálogo con TN, Marina Olmi relató la historia del terreno. La propiedad le fue vendida hace 30 años por una mujer alemana, Olga Schuddekopf, y funcionó anteriormente como un geriátrico. Aún antes, hace más de un siglo, habría albergado una capilla y un establo, según reconstruyó Olmi.

"Es una casa bien hecha, pero ya estaba viejísima cuando la compré. La había hecho el padre de la señora que me la vendió. Tenía por lo menos 100 años", señaló la artista, quien también recordó ciertas sensaciones inquietantes ligadas al lugar: "Donde hice la pileta había una situación oscura... se incendió un árbol ahí. Había cosas raras de los anteriores dueños", dijo.

Además de su valor arquitectónico y simbólico, la casa tuvo un fuerte componente cultural. Allí se mezclaban arte, música y amistad, con visitas frecuentes de íconos del rock nacional.

Por ahora, los investigadores mantienen bajo reserva los detalles del hallazgo, y la antigüedad de los restos aún no fue determinada. Las hipótesis más firmes apuntan a la época en la que funcionó el geriátrico, o incluso más atrás, en los tiempos de la capilla.