No me la contés

Terror: compró un muñeco en la feria más grande del norte y terminó viviendo una pesadilla

Según la historia, habría causado hechos extraños en una casa.

QPJ JUJUY

En las últimas horas, una publicación que se viralizó en Facebook llamó la atención de muchos usuarios. En la misma se da a conocer una historia que dejó a todos sorprendidos. La misma relata el supuesto calvario que habría vivido una salteña al comprarle un muñeco a su hijo.

Aparentemente con ayuda de la inteligencia artificial, Zelaya Maxi contó que una vecina de la zona sur de Salta Capital habría pasado por una experiencia aterradora tras comprar un muñeco Topo Gigio en la Feria de la Solidaridad. El juguete, que habría sido adquirido como un regalo inocente para sus hijos, se habría transformado en el foco de extraños y oscuros sucesos.

La primera noche, la madre escuchó ruidos extraños. Al ir a ver a su bebé, encontró al muñeco sentado en la cabecera de la cama, en una posición diferente a la que lo había dejado. Con el correr de los días, la situación empeoró: el perro de la familia apareció muerto, la gata desapareció sin dejar rastros, y un olor nauseabundo se instaló en la casa. "La humedad y el olor a descomposición se concentraban en la habitación donde estaba el muñeco", detalló la mujer.

Pesadillas constantes y visiones de sombras fueron en aumento. El Topoyiyo aparecía en sueños, hablaba con voz siniestra y se transformaba en una criatura con garras. Las hijas comenzaron a experimentar sus propios episodios de terror. Una de ellas, junto a una compañera, aseguró haber escuchado susurros inhumanos en la cocina. Desde entonces, ninguna niña quiso acercarse al muñeco.

La madre llegó a ver una sombra negra que recorría el pasillo hasta la habitación de los niños. Desesperada, pidió ayuda a una vecina, quien llamó al cura del barrio. El sacerdote bendijo la casa e intentó deshacerse del muñeco, pero al día siguiente volvió a aparecer, intacto.

"Una madrugada, el bebé lloraba sin consuelo. Tenía marcas como arañazos en el cuello y brazos", contó la mujer. Lo llevó al hospital, pero los médicos no hallaron explicación. Las heridas no cicatrizaban y el niño seguía llorando cada noche.

En un último intento, la madre quiso quemar el muñeco, sin éxito. Después lo arrojó al canal, pero volvió a aparecer en su cocina. Entonces publicó una foto en Facebook: "Vendo muñeco Topoyiyo. Para quien quiera un pedazo de oscuridad". Nadie lo compró. Solo recibió mensajes de personas que dijeron sentir escalofríos al ver la imagen. Luego, la publicación desapareció. Y desde entonces, no se supo más nada de la mujer ni de su familia. 

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