Lara, la niña genio que desafía al sistema escolar
Con solo 12 años, comenzó la universidad mientras cursa sexto grado: fue diagnosticada con altas capacidades y un coeficiente intelectual de 132.
Desde sus primeros meses de vida, Lara Ghione sorprendió a todos: a los seis ya hablaba y al año mantenía conversaciones fluidas. Hoy, con apenas 12 años, combina la primaria con una diplomatura universitaria en Community Management en la Universidad Abierta Interamericana (UAI), convirtiéndose en un caso único en Santa Fe.
El camino hasta este presente no fue sencillo. Su madre, Yamila Romero, recordó que desde los tres meses notaban signos de un desarrollo acelerado y que recién a los 10 años lograron un diagnóstico formal en Córdoba: altas capacidades con un coeficiente intelectual de 132 y, además, TDAH. "Fue un respiro saberlo. Ella se sentía rara, distinta. El diagnóstico la ayudó a entenderse", explicó.
La escolaridad fue uno de los mayores desafíos. Durante la pandemia, la niña fue apartada de las clases virtuales porque "ya sabía todo" y eso la aisló de sus compañeros. El panorama cambió cuando ingresó al colegio Biró de Fisherton, que le permitió desarrollar su potencial sin perder el contacto con sus pares. "Decidimos no adelantarla de grado porque es feliz con sus amigos", señaló su mamá.
Pero Lara quería más. "Mi mamá se iba a anotar en la diplomatura y yo le pedí ocupar su lugar", contó la niña, que se destacó desde los seis años en edición de videos y marketing digital. Tras presentar informes psicológicos que avalaban su madurez, la UAI la aceptó de manera excepcional.
Hoy cursa en paralelo la primaria y la universidad, sin dificultades. "Mis compañeros al principio se sorprendieron, pero me recibieron muy bien. Es otro mundo, me encanta", relató.
Además de su desempeño académico, Lara se luce en danza, canto, actuación y vóley, donde ya juega en la categoría Sub 14. Pese a todo, su gran pasión está en la comunicación: sueña con dedicarse al periodismo, la locución y el streaming.
"Sería muy bueno que las instituciones se abran a chicos de mi edad. Hay mucho talento que se pierde porque no se los acompaña", cuestionó con madurez.
Consciente de su singularidad, Lara se define sin embargo como una niña común: "Soy una más en la clase, me junto con mis amigos y sigo siendo una nena de 12 años".
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