Estudio asegura que a los jóvenes ya no les gusta tener relaciones
Cada vez más jóvenes en todo el mundo postergan la intimidad y priorizan otras áreas de su vida.
La manera en que los jóvenes viven la sexualidad está cambiando a nivel global. En países como Estados Unidos, los estudios revelan una caída histórica en la frecuencia de las relaciones sexuales, incluso cuando crece el número de solteros. La intimidad se vuelve esporádica y los vínculos estables disminuyen, consecuencia de factores como la pandemia, las redes sociales y las nuevas prioridades personales.
La tendencia no se limita a Estados Unidos: en Europa, Japón y otras regiones de Asia, también se registran descensos en la vida sexual, con un aumento de solteros y la postergación de la maternidad y la paternidad. En Japón, la situación es tan marcada que se habla de una "crisis del sexo": la virtualidad, el exceso de trabajo y el individualismo impactan directamente en el deseo sexual. América Latina presenta un panorama más heterogéneo, pero el estrés económico y los cambios culturales también están moldeando relaciones más fragmentadas.
En Argentina, la sexualidad de los jóvenes se ve afectada por la rutina acelerada, las crisis económicas y la presión social. El cansancio, la inestabilidad y la exigencia laboral reducen la frecuencia de encuentros sexuales y aumentan la distancia emocional entre las parejas.
Datos de EE.UU.
Según el Institute for Family Studies, basado en la NSFG (Encuesta Nacional de Crecimiento Familiar), la falta de interés sexual aumentó significativamente entre 2017 y 2023. Entre hombres de 22 a 34 años, el porcentaje que no tuvo relaciones sexuales pasó del 9% al 24%; en mujeres de la misma edad, del 8% al 13%. En los últimos tres meses estudiados, la cifra llegó al 35% en hombres y al 31% en mujeres. En una década, la falta de sexo prácticamente se duplicó. La pandemia marcó un antes y un después, modificando intereses, prioridades y deseos.
Además, los vínculos estables son cada vez menos frecuentes: la cantidad de relaciones monógamas cayó, mientras que la intimidad se volvió más ocasional. Incluso la virginidad entre jóvenes aumentó: en hombres pasó del 4% al 10%, y en mujeres del 4% al 10% en los últimos años.
Lo que dicen los especialistas
El Dr. Adrián Rosa, médico sexólogo, señala que el estrés cotidiano y las crisis sociales impactan directamente en el deseo sexual. "El aumento de cortisol por estrés disminuye los niveles de testosterona y afecta el interés sexual. El trabajo, las cuentas y la rutina también condicionan el deseo", explicó.
Asimismo, la virtualidad y las redes sociales han cambiado la forma de relacionarse, dificultando los encuentros cara a cara y, por ende, la intimidad. Para reavivar el deseo, Rosa recomienda hablar abiertamente sobre necesidades y emociones, reservar espacios de privacidad y propiciar encuentros sin expectativas sexuales inmediatas, especialmente entre solteros, con el objetivo de reconstruir vínculos y explorar la intimidad de manera gradual.
La sexualidad de los jóvenes ya no sigue los patrones tradicionales: las relaciones estables son menos frecuentes, los encuentros íntimos se fragmentan y, para muchos, el sexo deja de ser una prioridad frente a otras áreas de la vida.
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