Símbolos patrios

Día de la Escarapela: por qué se conmemora hoy 18 de mayo

Antes de tener bandera o himno, la escarapela fue el primer distintivo nacional. Instituida por Manuel Belgrano en 1812, es hoy un símbolo de identidad y unidad para todos los argentinos.

QPJ SOCIEDAD

Cada 18 de mayo se conmemora en Argentina el Día de la Escarapela, uno de los símbolos patrios más antiguos y representativos del país. Su historia está profundamente ligada a los inicios del proceso independentista y al intento de distinguirse de las fuerzas realistas durante las guerras por la emancipación.

La escarapela fue el primer emblema nacional reconocido oficialmente por el gobierno revolucionario. El 13 de febrero de 1812, el general Manuel Belgrano -al mando del Ejército del Norte- solicitó al Primer Triunvirato la aprobación de una insignia que permitiera diferenciar a las tropas patriotas de las fuerzas realistas, quienes portaban el color rojo.

El pedido fue aceptado el 18 de febrero de ese año, y desde entonces, los colores blanco y celeste comenzaron a tomar protagonismo como signos de identidad nacional. Apenas días después, el 27 de febrero, Belgrano enarbolaría por primera vez la bandera argentina en Rosario.

Aunque la escarapela fue oficialmente reconocida en febrero, el 18 de mayo se estableció como su día conmemorativo gracias a una resolución del Consejo Nacional de Educación en 1934. Curiosamente, no se explicó por qué se eligió esa fecha y no el 18 de febrero. Años más tarde, en 1941, el Ministerio de Educación nacionalizó la fecha y en 1951 fue incorporada al calendario escolar.

Desde entonces, cada 18 de mayo se invita a los ciudadanos, especialmente a los niños en las escuelas, a portar con orgullo la escarapela en el pecho.

Aunque no hay una certeza absoluta sobre el origen exacto de los colores patrios, existen varias teorías. Una de ellas sostiene que fueron utilizados por primera vez durante las Invasiones Inglesas (1806-1807) por los Patricios, el primer cuerpo de milicias criollas del Virreinato del Río de la Plata.

Otra versión, de carácter más simbólico, indica que un grupo de damas porteñas habrían entregado cintas blancas y celestes al entonces coronel Cornelio Saavedra el 19 de mayo de 1810, en vísperas de la Revolución de Mayo. El uso de la escarapela entre los revolucionarios habría comenzado espontáneamente el 25 de mayo, anticipando así la consolidación de su uso en los años siguientes.

La escarapela no es solo un accesorio escolar ni un objeto protocolar. Es una manifestación visible de pertenencia, de historia y de lucha por la independencia. Su presencia en actos escolares, desfiles, y en el corazón de millones de argentinos cada mayo, recuerda que los símbolos patrios siguen teniendo un rol fundamental en la construcción de la memoria colectiva. 

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