Batalla campal entre hinchas de Boca y empleados de un restaurante: "Nos pegaron con..."
La violenta batalla campal ocurrió en General Rodríguez. Los agresores, que volvían de la cancha, golpearon al dueño y a los empleados del local.
Un violento episodio de inseguridad y descontrol ocurrió el sábado por la noche en un restaurante de General Rodríguez, cuando un grupo de hinchas de Boca Juniors se intentó ir sin pagar y terminó agrediendo brutalmente al personal del local.
Según relataron los empleados, los agresores llegaron al restaurante luego del partido entre Boca y Belgrano de Córdoba, pidieron varias cervezas y, cuando el lugar estaba por cerrar, se levantaron e intentaron escapar sin abonar la cuenta.
Al ser descubiertos, el dueño del local los enfrentó y uno de ellos le dio un golpe de puño en la cara, lo que desató una feroz batalla campal. "Revoleaban vasos de vidrio, uno me pegó en la mano y estalló. Mis empleados salieron a separarlos y también los golpearon", contó Andrea, la dueña del restaurante, en diálogo con Telefe.
El video del ataque, grabado por una moza llamada Priscila, muestra a varios hinchas tirando patadas y trompadas contra los trabajadores. "Fue desesperante, gritábamos para que pararan. No queríamos que volvieran a entrar porque había cuchillos en las mesas", relató la joven.
Uno de los mozos, Esteban, terminó en el suelo tras recibir patadas en la cabeza y golpes por todo el cuerpo. "Dos de ellos me llevaron hasta la esquina y me patearon la cabeza. No sé cómo no perdí el conocimiento", dijo el trabajador, aún con heridas visibles.
Pese a que el restaurante está a solo cinco cuadras de una comisaría, la policía tardó más de una hora en llegar. "Nos dijeron que estaban viendo todo por las cámaras, pero no venían", denunció la dueña, quien además contó que en los días posteriores recibieron amenazas: "Nos dijeron que borremos los videos, que ellos son gente de bien y con familia".
Uno de los agresores fue detenido, aunque recuperó la libertad pocas horas después. Mientras tanto, los empleados continúan recuperándose de sus heridas y exigen justicia.
"Nos da bronca, trabajamos con esfuerzo y terminamos haciendo de seguridad. Nos dejaron con miedo y con impotencia", expresó Gustavo, uno de los dueños.
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