Milei no convocará a los gobernadores tras el revés en el Senado y crece el enojo en Casa Rosada
Luego de que el Senado aprobara leyes clave impulsadas por la oposición, el Gobierno descartó cualquier diálogo con los mandatarios provinciales
El Gobierno nacional atraviesa una de sus semanas más tensas desde el inicio de la gestión. Tras la aprobación en el Senado de una serie de leyes promovidas por la oposición -entre ellas la mejora de jubilaciones, la reactivación de la moratoria y la emergencia en discapacidad-, el presidente Javier Milei decidió cerrar toda posibilidad de diálogo con los gobernadores. La Casa Rosada acusa a los mandatarios provinciales de actuar como cómplices de lo que consideran un intento de sabotear el plan económico nacional.
En el oficialismo se instaló la idea de que hubo una traición política. Aunque algunos gobernadores como Alfredo Cornejo (Mendoza) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos) evitaron acompañar las iniciativas opositoras, la mayoría permitió el quórum y votó a favor, lo que profundizó el malestar libertario. "Nos clavaron un puñal por la espalda", fue la frase que dejó trascender Milei en una charla con empresarios en la Bolsa de Comercio.
Pese a algunos gestos de conciliación aislados, el Presidente vetará los aumentos aprobados por el Senado y considera que judicializar las leyes no será necesario, ya que confía en sostener los vetos en Diputados. "Nos alcanza con trabajar sobre los presentes", afirman en el entorno libertario, señalando que la Cámara baja no contaba con quórum completo en la votación anterior.
En paralelo, la figura de Victoria Villarruel volvió a quedar en el centro de las críticas del oficialismo duro. La vicepresidenta fue señalada por permitir que avanzara la sesión, y en Balcarce 50 no ocultaron su malestar con su desempeño. Tampoco hubo autocrítica interna: ni desde el área política liderada por Karina Milei, ni desde el ala económica de Luis "Toto" Caputo, donde primó la línea intransigente.
Por ahora, no habrá convocatoria formal a los gobernadores. La línea es clara: nada de negociación. Desde el Ejecutivo aseguran que los mandatarios están jugando su "última carta" antes del recambio legislativo, al que Milei apuesta todas sus fichas con la esperanza de "arrasar" en las elecciones de octubre.
La tensión entre Nación y provincias sigue en aumento y, por ahora, no hay señales de que el clima vaya a calmarse.
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