El Senado rechazó el proyecto de Ficha Limpia: CFK podrá ser candidata
36 votos afirmativos y 35 en contra. El resultado que terminó dividiendo la Cámara Alta.
En una sesión menos tensa de lo esperado pero con un giro sorpresivo sobre el final, el Senado de la Nación rechazó anoche la Ley de Ficha Limpia, al no alcanzar la mayoría absoluta necesaria de 37 votos. La iniciativa reunió 36 apoyos y quedó trunca, lo que deja abierta la posibilidad de que Cristina Fernández de Kirchner se presente como candidata en las elecciones nacionales de este año.
El proyecto, que ya contaba con media sanción de la Cámara de Diputados, impedía postularse a cargos públicos a personas con condena confirmada en segunda instancia por delitos vinculados a la administración pública. Entre ellos: fraude contra el Estado, cohecho, malversación de fondos, enriquecimiento ilícito, negociaciones incompatibles y encubrimiento, entre otros.
Aunque el oficialismo kirchnerista había anticipado su rechazo, la sorpresa vino de la mano de los senadores misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, del Frente Renovador de la Concordia, quienes también votaron en contra. Ese doble voto negativo fue clave para frustrar la aprobación definitiva.
La aplicación de esta norma habría alcanzado de forma directa a la ex vicepresidenta Cristina Kirchner, quien fue condenada a seis años de prisión en la causa "Vialidad", con fallo confirmado en segunda instancia. De haberse aprobado, la ley la habría dejado fuera de competencia electoral a nivel nacional. Sin embargo, con el rechazo, sigue habilitada para competir, incluso como candidata presidencial, salvo que optara por presentarse en la provincia de Buenos Aires, donde podría postularse como diputada o senadora sin impedimentos legales.
La iniciativa, impulsada por sectores de la oposición, buscaba replicar experiencias similares en países como Brasil, donde la ficha limpia ha tenido efecto directo en la transparencia electoral. Sin embargo, el revés legislativo representa una victoria táctica para el kirchnerismo, que logra blindar a sus principales figuras judicialmente cuestionadas en un año clave.
El debate vuelve a poner sobre la mesa la tensión entre la necesidad de fortalecer la ética pública y los intereses de supervivencia política de los sectores tradicionales del poder. ¿Volverá el proyecto a tratarse en otra oportunidad? Por ahora, la puerta quedó abierta para todos, incluso para los condenados.
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