¿Accidente o mafia? La terrible confesión que hizo Walter Olmos antes de morir
El joven catamarqueño había sido señalado como el sucesor natural de Rodrigo.
El 8 de septiembre de 2002, el mundo del cuarteto quedó marcado para siempre con la muerte de Walter Olmos, el joven catamarqueño que había sido señalado como el sucesor natural de Rodrigo. Según recordó Infobae, el artista de 20 años falleció en un hotel porteño tras un trágico episodio con un arma de fuego que lo sorprendió en plena consagración artística.
De lustrabotas a ídolo popular
Walter Olmos había nacido en una familia humilde de Catamarca y trabajó desde niño como lustrabotas. Su carisma y su voz potente lo llevaron a cantar en plazas, bares y grupos locales hasta que conoció a Rodrigo Bueno, quien lo impulsó en su carrera.
Con la muerte del "Potro" en 2000, el público depositó en Olmos la esperanza de un nuevo referente de la movida tropical. Su disco A pura sangre alcanzó el Disco de Platino, llenó el Luna Park y lo convirtió en una figura masiva en tiempo récord.
La sombra del vértigo
La velocidad de su ascenso también le generaba temores. Su madre, Noemí del Valle, reveló que Walter le confesaba sentirse agotado y con miedo de terminar como Rodrigo. A la presión del éxito se sumaban las disputas internas de la movida tropical, el consumo de drogas y las exigencias del negocio musical.
La última noche de Walter Olmos
El 7 de septiembre de 2002, Olmos llegó al hotel San Cristóbal Inn, en Buenos Aires, junto a sus músicos. Compartieron pizza, cerveza y risas antes de que Walter sacara una pistola calibre 22 que le habían regalado. Primero bromeó jugando a una falsa "ruleta rusa", pero en la madrugada del 8 de septiembre el arma se disparó y el joven cayó muerto en la habitación.
El reloj marcaba las 00:10. El caos fue inmediato: gritos, corridas y la llegada de la policía. El juez Mariano Bergés determinó que no hubo signos de pelea y cerró la causa como "accidente fatal", aunque su padre insistió siempre en la hipótesis de una "mano negra" vinculada al negocio de la bailanta.
Un adiós multitudinario
El velorio y entierro de Walter Olmos fueron multitudinarios. Miles de fanáticos acompañaron el cortejo fúnebre, cantando sus canciones y agitando banderas con su rostro. Su madre, devastada, lo despidió con palabras que todavía resuenan: "Él me decía que tenía miedo de no llegar a viejo. Y su duda se terminó haciendo realidad".
El legado inconcluso
A 23 años de su muerte, Walter Olmos sigue siendo recordado como un talento arrollador que no pudo desplegar todo su potencial. Su historia, atravesada por la pobreza, la superación, la fama repentina y un final trágico, quedó grabada en la memoria popular como una mezcla de gloria y dolor.
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