Triple Femicidio: "Llamaron a la familia de una de las chicas mientras la torturaban"
Celeste González Guerrero, imputada y arrepentida en el triple femicidio de Florencio Varela, reveló a su abogado un dato escalofriante. La detenida negó haber participado directamente, pero confirmó que los crímenes fueron una venganza narco por el robo de un cargamento.
El triple femicidio de Brenda del Castillo, Lara Gutiérrez y Morena Verdi en Florencio Varela sumó un nuevo y macabro elemento. Celeste González Guerrero, inquilina de la "casa del horror" e imputada, difundió a través de su abogado, Daniel Giaquinta, la escalofriante frase que le dijo su pareja: "Llamaron a la familia de una de las chicas mientras la torturaban".
Esta declaración surgió en una conversación privada con su abogado, donde Celeste negó haber estado dentro de la casa durante los asesinatos (ocurridos entre el 19 y 20 de septiembre), pero contó lo que le relató su pareja, Miguel Villanueva Silva (otro de los imputados).
Venganza Narco y Amenazas en Vivo
Según el testimonio, los crímenes fueron una venganza por el robo de un gran cargamento narco, que habría sido cometido por "una de las chicas con su familia" a la banda de peruanos liderada por Víctor Sotacuro ("Pequeño J").
Celeste agregó que la familia de la víctima tiene "mucho que ver, porque eran otro grupo de mafia, en ese caso, dos villas diferentes". En ese contexto de venganza, se produjo la llamada:
"Mientras torturaban a una de las chicas, llamaron a la familia y le dijeron que le devuelvan lo que le habían robado. Él me iba contando y a mí la verdad que eso me da mucho miedo", lanzó la mujer.
El abogado Giaquinta sumó que una "hermana" de una de las víctimas estaría involucrada en una organización narco rival. Por ello, Giaquinta pidió que la investigación no se cierre con la detención de la banda de peruanos, ya que sostuvo que "falta la otra pata de la mesa, que involucra políticos, a mucha gente".
Detalles de la Noche del Crimen
En su declaración oficial ante el fiscal Carlos Arribas, Celeste había afirmado que dos de las víctimas fueron señaladas como participantes del robo. "Dos de las chicas fueron. Sé que una era Brenda (Del Castillo), pero la otra no sé quién fue", sostuvo, aunque cree que Lara Gutiérrez, de 15 años, no tenía nada que ver.
La imputada confirmó que ella y su pareja se dedicaban a vender cocaína para la banda, cuya droga era traída desde Nueva Pompeya.
Sobre la noche del crimen, Celeste aseguró haber visto a Brenda, Morena y Lara llegar en una Chevrolet Tracker junto a Sotacuro y otro hombre: "Bajaron sonrientes, como engañadas que venían a una fiesta". También confirmó que los crímenes fueron vistos en vivo a través de una videollamada por la aplicación "Zangi" con miembros de la organización que se encontraban en José C. Paz.
Finalmente, Celeste aseveró que Miguel Villanueva, su pareja, mató a una de las chicas porque se quiso escapar y lo hizo "gratis", mientras que a Sotacuro ("Pequeño J") le habrían pagado un millón de dólares por lo que hicieron.
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