Ruegan que no sea otra víctima de Matías Jurado: testimonio desesperado de una familia
"Dios quiera que mi hermano Juan no se haya ido con él". Su hermano está desaparecido desde el mes de junio.
La mujer expresó su preocupación por la falta de su hermano desde el pasado mes de junio. No hay pistas de su paradero.
El pasado miércoles por la tarde, en la conferencia de prensa brindada por el fiscal Guillermo Beller, se dio a conocer la identidad de dos nuevas víctimas de Matías Jurado. Juan José Ponce (51) y Miguel Ángel Quispe (60) fueron confirmados mediante los cotejos de las muestras de ADN de los rastros encontrados en la "casa del horror", con las muestras solicitadas a las familias de las víctimas. Ellos se suman a los nombres de Sergio Sosa (25) y Jorge Omar Anachuri (68), por quienes Jurado está imputado del delito de "homicidio agravado por alevosía, ensañamiento y placer, dos hechos".
Sin embargo, detrás de esa revelación hay una familia que continúa buscando a Juan Carlos González (60), con las esperanzas intactas. En ese marco, El Tribuno de Jujuy, dialogó con la hermana de González, Juana, quien se refirió al contexto de vida antes de la desaparición el pasado 11 de junio. "Él no estaba en situación de calle, tenía su trabajo. A veces iba a mi casa y después a la casa de mi hermana, ahí estaba mucho tiempo. Los últimos dos meses antes que desaparezca estaba alquilando en el barrio Belgrano", comenzó aclarando la mujer.
Además, con respecto a "San Martín", como lo conocen sus amigos, la entrevistada narró que "se juntaba en la plaza porque tenía sus amigos, pero después no era de faltar a su trabajo. Me contaron hace poco que andaba por la placita de ahí de Moreno porque dice que a Jurado lo habían visto por ahí por Moreno. Casualmente es por ahí que lo levanta al señor Sosa y este hombre parece que se sentaba para hacerse el amigo con la gente que estaba ahí. Yo lo que más pido es que Dios quiera que mi hermano no se haya ido con él", pensó y pidió la mujer al mismo tiempo.
"La placita de Moreno", tal cual lo dijo Juana González, se trata del espacio delimitado por la avenida Olavarría y las calles República Dominicana y Yécora, en cercanías del club Lavalle y de una radio. Días atrás este diario dialogó con Daniela Cardozo, del merendero "Carita de Ángel" del barrio Mariano Moreno de la capital, a quien algunos de los jóvenes que concurren habitualmente le mencionaron la presencia de Matías Jurado por la misma zona por la que habitualmente se lo veía a Juan Carlos González.
"Un chico que está en situación de calle nos comentó que Jurado llegaba al mediodía, antes que ellos vayan a los comedores. Él (por Matías Jurado) llegaba y les prometía gaseosas", comenzó su relato Cardozo acerca del imputado en la causa por hasta ahora dos homicidios.
Si bien la entrevistada nunca lo vio por las calles del barrio, a partir de la confirmación de Sergio Sosa como víctima de Jurado, ella dialogó con otros jóvenes que habitualmente se juntan por la zona.
"Nos comentaban que andaba bien vestido, les prometía que les iba a dar trabajo, comida, plata. Pero parece que él ya mucho antes se venía ganando la confianza de la gente en situación de calle. Porque nadie se va a ir de la noche a la mañana con un hombre que no conozcan", agregó Cardozo en referencia a de qué manera el presunto asesino serial se relacionaba.
El trabajo de González
"San Martín" González hasta el momento de su desaparición, el pasado 11 de junio, era empleado municipal del sector de mantenimiento. Desarrollaba sus actividades en el Centro Cultural "Éxodo Jujeño", del barrio Coronel Arias, en donde llamó la atención su ausencia. De allí lo conoce Roxana Cruz, compañera de trabajo y amiga.
"Como compañera de trabajo lo conozco hace más de 20 años a Juan. Es una persona muy buena, no vivía en situación de calle, era activo, trabajador. Tenía amigos como cualquiera. Aparte era querido", dijo la mujer.
Además, su compañera destacó una característica por la cual González es conocido en distintos puntos de la ciudad. "Es recordarlo en cada canción porque él tocaba el saxo. Él te enseñaba a tocar instrumentos musicales. Estaba bien en sus cabales, no estaba perdido. El era divertido, no era problemático, no tenía límites para ayudar al otro. Yo tenía un pesebre y él iba a tocar gratis. Yo solo le tenía que conseguir el transporte para llevarlo y traerlo de Alto Comedero junto a otros músicos", rememoró Cruz según detalla El Tribuno.
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