Pequeño J, el joven narco detrás del horror en Florencio Varela

Un escalofriante triple crimen sacude a Florencio Varela: Lara Gutiérrez (15), Brenda del Castillo (20) y Morena Verri (20) fueron brutalmente torturadas y asesinadas, y sus cuerpos hallados enterrados en el sur del Conurbano bonaerense.

El presunto autor intelectual del hecho es un joven de 23 años, de nacionalidad peruana, conocido como Pequeño J o Julito, sindicado como el capo narco que ordenó las torturas. Su base de operaciones se encontraba en la villa 21-24, en la zona limítrofe de Barracas y Nueva Pompeya, en la Ciudad de Buenos Aires.

Según explicó el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, Pequeño J buscaba demostrar su autoridad dentro de la organización: "Es un desquiciado. Decidió disciplinar a sus lugartenientes mostrando lo que es capaz de hacer", dijo, refiriéndose a la transmisión de las torturas en vivo a través de Instagram, ante un grupo cerrado de entre 40 y 45 personas.

Hasta el momento, Pequeño J tiene una orden de captura y se dispuso la detención de sus lugartenientes. Antes del triple asesinato, este joven narco permanecía fuera del radar de las autoridades que investigan el narcotráfico en la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense. Su identidad surgió gracias a pruebas obtenidas en la vivienda donde fueron encontrados los cuerpos de las víctimas.

"Así le va a quien me roba", habría dicho el capo narco en la transmisión en vivo, en referencia a un presunto robo de droga. El pozo donde enterraron a las víctimas habría sido cavado el mismo viernes antes de secuestrarlas. Las jóvenes fueron vistas por última vez a las 21.30 del viernes, cuando subieron a una camioneta blanca en La Matanza, vehículo que luego apareció incendiado.

Durante la noche del jueves, la policía realizó allanamientos en la villa 21-24, donde Pequeño J tenía su base logística. Allí se encontró dinero en efectivo en rollitos atados con bandas elásticas y viandas de comida en buen estado. La investigación está a cargo del fiscal Gastón Duplaá, con el apoyo de detectives de la DDI La Matanza y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar).

Uno de los primeros detenidos tenía en su poder un celular con el video de la transmisión en vivo de las torturas.

Los informes preliminares de las autopsias confirmaron la brutalidad del hecho: a Lara Gutiérrez le amputaron los cinco dedos de la mano izquierda y parte de una oreja antes de cortarle el cuello; a Brenda del Castillo la golpearon en el rostro, la apuñalaron en el cuello y recibó un fuerte golpe que aplastó su cara, además de un corte post mortem en el abdomen; y Morena Verri también sufrió golpes en el rostro antes de ser asesinada mediante fractura cervical.

La investigación continúa en curso, con la búsqueda activa de Pequeño J y sus cómplices, mientras la comunidad de Florencio Varela permanece conmocionada por la violencia y el sadismo que marcaron este crimen.