Descansa en paz y JUSTICIA

Norteña denunció 6 veces a su ex, no la escucharon y tomó la peor decisión

Karla tenía 27 años, era estudiante y no aguantó lo que le hacía él. Se refugió en la Policía, lo denunció, pero no alcanzó.

QPJ Policiales

Tucumán conmocionada por Karla Robles, que se quitó la vida tras denunciar seis veces a su ex, y la furiosa publicación de su hermana.

La muerte de Karla Robles, una joven tucumana de 27 años, generó una ola de indignación y dolor en toda la provincia. Estudiante de Fonoaudiología y emprendedora en el mundo de la estética, Karla fue hallada sin vida el 24 de octubre, después de meses de denunciar violencia, amenazas y acoso constante por parte de su expareja. La Justicia ahora investiga si se trató de un suicidio inducido y si su exnovio, denunciado seis veces, tuvo responsabilidad directa en el trágico desenlace.

Pero el caso tomó una dimensión pública aún mayor cuando la hermana de Karla rompió el silencio en redes sociales. Con un posteo que se volvió viral, le habló directamente al presunto agresor y puso en palabras el reclamo que la familia sostiene desde hace años: "Me quitaste todo, pero la vida se va a cobrar todo el mal que hiciste. Te vas a pudrir en vida", escribió en una historia de Instagram, acompañando el mensaje con una foto del hombre acusado.

En ese mismo mensaje, cuestionó con crudeza la falta de respuesta de la Justicia tucumana:

"Venimos haciendo denuncias desde 2022 y no hacen nada. ¿Qué esperan? ¿Que siga haciendo más daño para meterlo preso?"

El posteo de la hermana, identificado en redes como Angie Toledo, desató una oleada de mensajes de apoyo y de bronca. Cientos de usuarios replicaron la historia y acompañaron con hashtags como #JusticiaPorKarla y #NiUnaMás, visibilizando una vez más la desprotección que padecen muchas víctimas de violencia de género pese a haber denunciado reiteradamente a sus agresores.

Un calvario de denuncias ignoradas

Según el abogado de la familia, Augusto Avellaneda, Karla había denunciado a su exnovio -identificado por medios locales como Diego Z.- en seis oportunidades por violencia psicológica, amenazas y hostigamiento. "Pedimos su detención en reiteradas ocasiones porque la vida de Karla corría peligro. Solo se dispuso una restricción de acercamiento que él violó una y otra vez", señaló el letrado.

La familia afirma que la joven vivió los últimos meses en un estado permanente de terror. "Le dijo que si no se quitaba la vida, iba a matar a toda su familia", relató Avellaneda, quien asegura que esas amenazas fueron documentadas en mensajes, audios y videos ahora en poder de la Justicia.

Tras la muerte de Karla, el fiscal del caso ordenó pericias sobre el celular de la víctima y sobre el del sospechoso, que fue notificado de la causa por instigación al suicidio y violencia de género.

"Consiguió su objetivo": el entorno familiar acusa al agresor

"Sabíamos que era una persona peligrosa, que no la dejaba vivir. Él generó el contexto que la empujó a tomar esa decisión", insistió el abogado. La familia sostiene que la joven intentó reconstruir su vida después de la relación, pero que el hostigamiento no cesó.

En los días previos a su muerte, Karla había publicado mensajes que, con el tiempo, cobraron un sentido trágico. En uno de ellos escribió: "Hay cosas que ya no puedo soportar más". Para su entorno, era un pedido de ayuda que pasó inadvertido.

Una marcha para pedir justicia

La familia Robles convocó a una marcha este viernes en San Miguel de Tucumán, para exigir justicia y denunciar la inacción judicial. En los afiches que circulan en redes puede leerse: "No fue suicidio, fue violencia de género".

El caso de Karla se convirtió en símbolo de un reclamo repetido: que las denuncias por violencia sean tomadas en serio antes de que sea tarde. Su historia resume lo que muchas mujeres atraviesan cuando el sistema falla: la soledad frente al miedo, la burocracia frente al peligro, y la falta de respuestas frente al grito de auxilio.

El mensaje de Angie Toledo no fue solo un desahogo. Fue el punto de quiebre que transformó el dolor íntimo de una familia en una denuncia pública. La publicación, replicada por miles de usuarios, puso en el centro de la conversación lo que la Justicia aún debe responder: ¿por qué Karla, con seis denuncias previas, nunca tuvo una protección efectiva?

Su caso reabre el debate sobre el alcance real de las medidas cautelares y la lentitud judicial ante la violencia de género. En Tucumán, donde los femicidios y los suicidios inducidos de mujeres jóvenes han conmocionado a la opinión pública en los últimos años, la historia de Karla no es una excepción, sino un nuevo grito de alarma.

La Justicia avanza ahora con la investigación. Pero, para su familia, la condena social ya está dictada. "Consiguió su objetivo", repiten con impotencia. Mientras tanto, en redes, la imagen de Karla sigue multiplicándose junto al pedido de justicia que hoy recorre Tucumán, detalla Contexto.

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