Los cuchillos de Jurado: relucientes en medio del caos de su vivienda
A pesar del desorden y la suciedad que lo rodeaban, Matías Jurado mantenía sus cuchillos perfectamente limpios y ordenados.
Uno de los datos más inquietantes que surge de la investigación sobre Matías Emilio "El Gringo" Jurado (37) es su extrema obsesión por la limpieza de sus pertenencias, en particular de los cuchillos que poseía.
A pesar de que la vivienda donde residía, en la intersección de Fraile Pintado y Las Rosas de Alto Comedero, estaba completamente desordenada, con ropa sucia, colchas, platos y recipientes desperdigados, los cuchillos que guardaba Jurado estaban cuidadosamente almacenados y brillaban como nuevos. Los profesionales que entrevistaron al acusado describieron este comportamiento como casi obsesivo.
Este contraste entre el caos de su entorno y el cuidado extremo de ciertos objetos refleja un patrón de comportamiento obsesivo-compulsivo que sorprendió incluso a los investigadores. El cuidado minucioso de sus cuchillos parece haber sido una manera de mantener un control absoluto sobre algo en su vida, mientras todo lo demás quedaba fuera de orden.
El gabinete de psicología del Ministerio Público de la Acusación (MPA) advierte que estos rasgos están ligados a su personalidad sociópata y narcisista, con baja tolerancia a la frustración y necesidad de imponer su voluntad. En este caso, los cuchillos funcionaban como un símbolo de control y precisión, en marcado contraste con el desorden que lo rodeaba.
La investigación de Jurado, realizada por Álvaro Tejada para El Tribuno, subraya que estos detalles, aunque puedan parecer menores, aportan información clave sobre la psicología del acusado y la manera en que estructuraba su entorno personal, incluso en medio del caos.
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