La pesadilla de una madre jujeña: su hijito no puede parar de robar
Ya no sabe que hacer.
Lo que comenzó como un simple robo en un inquilinato de Libertador General San Martín terminó revelando una historia desgarradora: una madre cansada del infierno que vive con su propio hijo decidió entregarlo a la Policía. El joven de 28 años, con antecedentes por consumo de sustancias y conductas violentas, fue acusado de sustraer un teléfono celular y luego esconderse en la casa de su propia madre.
El hecho ocurrió en el barrio Herminio Arrieta, donde un trabajador realizaba tareas en un patio interno. En un descuido, un joven se metió a su vivienda y le robó el celular. Minutos después, se supo que el delincuente había sido identificado por su propia madre, quien decidió echarlo de la casa y pedir una medida perimetral porque teme por su vida.
La mujer no solo lo denunció, sino que también aportó datos clave para la investigación, incluyendo el nombre de la persona a quien su hijo habría vendido el teléfono.
El calvario que vive esta madre no es nuevo. Según informaron fuentes judiciales, el joven tiene serios problemas de adicción y es extremadamente agresivo cada vez que su madre se niega a darle dinero. La violencia intrafamiliar llegó a tal punto que la mujer pidió a la Policía una orden de restricción para que su propio hijo no se le acerque más.
El caso fue denunciado en la Seccional 11ª y quedó en manos del ayudante fiscal zonal del Ministerio Público de la Acusación, que ya solicitó al Juzgado de Control la individualización y detención del joven.
Este episodio vuelve a poner sobre la mesa una problemática silenciada en muchos hogares jujeños: madres solas que conviven con hijos violentos, empujados al delito por el consumo de drogas, sin contención ni ayuda estatal efectiva. En este caso, la víctima no fue solo quien perdió un teléfono: también lo fue una madre que perdió a su hijo, arrastrado por la marginalidad y la adicción./EL TRIBUNO
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