Fiesta trampa: la noche en que tres jóvenes fueron asesinadas y enterradas
Lara, Brenda y Morena fueron engañadas para asistir a un encuentro que terminó en un triple homicidio en Florencio Varela.
El horror tocó al sur del Conurbano bonaerense la noche del viernes 19 de septiembre. Lara Gutiérrez (15), Brenda del Castillo (20) y Morena Verdi (20) desaparecieron tras dirigirse a lo que creían sería una fiesta en el Bajo Flores, Ciudad de Buenos Aires. Cinco días después, sus cuerpos fueron hallados descuartizados y enterrados en una vivienda de Villa Vatteone, Florencio Varela.
Las jóvenes habían solicitado un auto por aplicación, cancelado a último momento. En su lugar, una Chevrolet Tracker blanca las recogió en la rotonda de La Tablada, conduciéndolas hacia una trampa mortal. Cámaras de seguridad registraron la camioneta desviándose de la ruta hacia la supuesta fiesta. Sus teléfonos dejaron de emitir señal y, tras varias horas sin noticias, sus familias denunciaron la desaparición.
La investigación estuvo a cargo del fiscal Gastón Duplaá y la DDI de La Matanza, quienes reconstruyeron la ruta del vehículo y localizaron la vivienda entre las calles Río Jáchal y Chañar. En el allanamiento, dos personas -Magalí Celeste González Guerrero (28) y Andrés Maximiliano Parra (18)- fueron detenidas mientras intentaban limpiar la casa con lavandina. Horas más tarde, los peritos hallaron los restos de las jóvenes enterrados en el patio.
El crimen fue planificado con precisión: la patente de la camioneta estaba adulterada y los primeros detenidos no actuaron solos. Más tarde, cayeron Iara Daniela Ibarra (19) y Miguel Ángel Villanueva Silva (27), este último vinculado al narcotráfico y señalado como presunto autor intelectual del homicidio. Todos fueron trasladados al penal de Melchor Romero.
Según las autopsias, las jóvenes fueron torturadas antes de morir. Lara sufrió la amputación de los cinco dedos de la mano izquierda, quemaduras por cigarrillos, un corte parcial en la oreja y una herida letal en el cuello; Brenda presentó fractura de cráneo, aplastamiento facial y heridas punzocortantes; Morena, luxación cervical y golpes múltiples. Las torturas y asesinatos fueron transmitidos en vivo a través de redes sociales, presuntamente a miembros de la banda narco.
El móvil del crimen fue una venganza narco, según informó el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso: "Esto pasa si me robas droga", habría dicho uno de los sicarios durante la transmisión. La investigación apunta a un líder apodado "Pequeño J" o "Julito", un joven peruano de 23 años, presunto autor intelectual, actualmente prófugo.
Se sospecha que la banda operaba desde la Villa Zavaleta y tendría conexiones en Bajo Flores y Barracas, mientras que su zona de influencia principal estaría en el sur del Conurbano. La relación entre las víctimas y el narcotráfico se habría vinculado a que las jóvenes ofrecían servicios de prostitución en la zona de Flores. La causa continúa bajo investigación para esclarecer todos los detalles de este crimen escalofriante que conmocionó a la provincia.
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