Ex alumna del IUPS de Jujuy denunció acoso sexual, hostigamiento y violencia institucional
Aseguró que la institución la obligó a abandonar su carrera. La joven pone en tela de juicio el proceder del IUPS, que no le brindó contención a pesar de conocer su historial de violencia de género externa.
La joven, cuya identidad se mantiene en reserva, relató que todo comenzó en el año 2017, cuando ingresó al IUPS buscando estabilidad laboral para ella y su hijo, y tratando de escapar de una situación de violencia de género con su ex pareja.
A los pocos meses de su ingreso, la estudiante asegura que comenzó a ser objeto de persecución y discriminación. Fue señalada por el historial penal de familiares lejanos con los que no tenía contacto y fue obligada a cambiar el color de su cabello bajo amenaza de sanción.
Además, denunció haber sido "cosificada" varias veces y expuesta en posiciones incómodas donde sus zonas privadas quedaban mayormente expuestas ante la vista de todos.
El relato se agrava con el tiempo. La joven indicó a Jujuy al Momento que cadetes más avanzados le confesaron que había "pedidos" de forzar su expulsión de la institución, la cual jamás le brindó la contención necesaria, a pesar de que el IUPS conocía su situación de violencia de género externa. La falta de apoyo y el deterioro de su salud psicológica la llevaron a pausar la carrera en 2017 sin firmar la baja. Tras intentar reincorporarse en 2018, pasó por varias etapas de humillación y entrevistas.
Posteriormente, en 2020, la joven relata que fue engañada con un supuesto llamado de reincorporación, donde intentaron que firmara un papel sin poder leerlo ni consultar a una abogada.
Finalmente, pudo reincorporarse en 2021, pero el hostigamiento continuó: durante el cursillo de integración, superiores ordenaron que le arrojaran barro en los ojos en un ejercicio. En otras ocasiones, sufrió discriminación por parte de otros estudiantes a pedido de instructores, quienes le referían que ella tenía familiares "delincuentes".
El acoso se reforzó en mayo de 2022, cuando un instructor lanzó frases libidinosas referidas a su cuerpo por la vestimenta que llevaba, lo que la llevó a no presentarse más en la institución. Actualmente, busca accionar administrativamente y legalmente contra quienes causaron este "calvario", sin haber obtenido aún respuestas favorables de los organismos públicos.



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