Crimen oculto

Doñita mató a su marido y escondió el cuerpo 18 años

Nadie sospechaba nada hasta que cometió un error.

QPJ JUJUY

El 24 de noviembre de 2015, un pequeño pueblo de Pontypridd, Gales, quedó conmocionado por un hallazgo inesperado. Mientras dos vecinas limpiaban la casa de Leigh Sabine, una mujer de 74 años recientemente fallecida, encontraron en el altillo un paquete extraño, pesado y envuelto con múltiples capas de plástico y cinta adhesiva. Al abrirlo, la sorpresa fue aterradora: se trataba de un cadáver momificado.

La investigación confirmó lo impensado. El cuerpo pertenecía a John Sabine, el marido de Leigh, desaparecido en 1997. Durante 18 años, la mujer logró sostener una mentira: decía que su esposo se había marchado al extranjero y no pensaba regresar. Su carácter fuerte y reservado, sumado a la falta de vínculos sociales de John, hicieron que casi nadie cuestionara la versión.

Los forenses determinaron que John murió por un golpe contundente en el cráneo, posiblemente con una pequeña escultura de un sapo que la mujer tenía en casa. Luego, Leigh envolvió el cuerpo en mantas, bolsas y plástico antes de ocultarlo en el altillo, donde permaneció oculto por casi dos décadas.

Poco antes de morir, Leigh había confesado a una amiga que guardaba un secreto "terrible", aunque nunca lo reveló en detalle. Fue recién tras su muerte que la verdad salió a la luz.

El caso conmocionó a Reino Unido: una mujer había logrado ocultar un homicidio durante 18 años, sin sospechas ni denuncias. Sin embargo, la Justicia no pudo avanzar en una condena: la principal y única sospechosa, Leigh Sabine, había fallecido semanas antes del hallazgo.

De esta forma, el crimen quedó sin culpables, aunque la causa judicial dejó asentado que John Sabine fue asesinado en 1997 y que su esposa fue la responsable de uno de los secretos criminales más oscuros de la última década en Gales.

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