Los días previos a la detención de Matías Jurado: "limpio y con olor a perfume"

Testimonios de vecinos del presunto asesino serial revelan detalles macabros de sus últimas horas en libertad, como sus comportamientos erráticos, sus amenazas con machete y un dato que llamó la atención de todos: un llamativo cuidado de su higiene. El terror que Matías Jurado habría sembrado en Jujuy es un tema de conversación a nivel nacional, y los detalles que sus vecinos revelaron sobre sus horas previas a la detención no hacen más que aumentar el horror.

Según los testimonios obtenidos por Todo Jujuy, el presunto asesino serial tenía comportamientos que ya inquietaban a los residentes del barrio Alto Comedero, donde se encuentra la tristemente célebre "casa del horror".

Dos detalles en particular llamaron la atención de los vecinos. Unos días antes de ser detenido, vieron a Jurado caminando solo por el barrio, "hablando solo" y trasladando una "cama de resorte vieja" que hoy se encuentra en el patio de su vivienda. Pero lo que más les impactó fue un detalle que no se esperaban: "No estaba sucio, estaba limpio y con olor a perfume". Un vecino agregó que "se bañaba mucho por alguna razón, era impresionante".

Los testimonios también revelan detalles escalofriantes de las noches del hombre de 37 años. Un vecino contó que Matías Jurado acostumbraba a deambular por el barrio entre las 3 y las 7 de la mañana, golpeando las paredes con un machete y hablando solo, asegurando que "nadie me hace nada porque tengo el machete". Estas actitudes generaban un gran temor, aunque nadie sospechaba la terrible verdad que se escondía en esa casa.

Matías Jurado, de 37 años, tiene un historial delictivo que incluye tres condenas previas. La primera a los 17 años, otra en 2017 por robo agravado, y una en 2018 por amenazas. Su última condena de 3 años y 4 meses lo mantuvo en prisión hasta 2020, cuando recuperó la libertad condicional.

Actualmente, Jurado permanece detenido en el penal de Gorriti y está imputado por la muerte de Jorge Omar Anachuri (68) y Sergio Alejandro Sosa (25), ambos en situación de vulnerabilidad.