Violencia en una cancha: un partido en Jujuy terminó en una batalla campal

Lo que prometía ser una jornada decisiva para el fútbol de la Liga Regional, se convirtió en un escenario de caos y violencia. En el estadio de Defensores de Fraile Pintado, el partido entre Peñarol y Unión Calilegua, que se disputó en un horario inusual por motivos de seguridad, terminó en un escándalo mayúsculo.

La alta tensión en el campo de juego derivó en una suspensión y una batalla campal. El árbitro del encuentro, que ganaba Unión Calilegua 2-1, expulsó a nueve jugadores a lo largo del partido. Al quedar con solo seis futbolistas, el equipo calileguense obligó la suspensión del choque. Sin embargo, la decisión no calmó los ánimos. El final del encuentro fue solo el inicio de la violencia.

Tras la suspensión, hinchas locales invadieron el campo. Se produjeron corridas, golpes y agresiones con piedras entre jugadores, asistentes y simpatizantes de ambos equipos. La cancha se transformó en un campo de batalla donde reinó el descontrol.

Los jugadores de Unión Calilegua denunciaron que, en medio del caos, fueron golpeados y despojados de sus mochilas y objetos personales. Lo que debía ser una fiesta del fútbol regional terminó con una crónica policial, donde la definición deportiva quedó totalmente opacada por los lamentables incidentes. Ahora, la Liga Regional deberá resolver el futuro del torneo y de ambos equipos tras los hechos de violencia.