¿Jujuy debería ser la capital nacional de Halloween?
Miles de jujeños salieron a las calles para celebrar una de las noches más convocantes del año. Entre disfraces, fiestas y comercios a pleno, Halloween ya es parte del calendario provincial.
La noche del 31 de octubre volvió a demostrar que Halloween llegó para quedarse en Jujuy. Desde Perico hasta San Salvador y San Pedro, las calles, plazas y boliches se llenaron de gente disfrazada, familias enteras y grupos de amigos que salieron a disfrutar de una jornada que ya mueve tanto entusiasmo como economía.
En Perico, la fiesta en la Plaza San Martín fue un verdadero fenómeno: miles de personas participaron del concurso de disfraces y de los shows en vivo organizados por la Municipalidad, que entendió el espíritu del festejo y le dio un marco oficial al evento. En la capital jujeña, locales, bares y discotecas se sumaron a la movida, con promociones, decoración temática y entradas agotadas.
Pero Halloween no solo fue diversión: también generó un fuerte impacto económico. Comercios de cotillón, tiendas de telas, casas de golosinas y locales de disfraces trabajaron a un ritmo inusual durante toda la semana. El movimiento dejó ganancias importantes y fue una inyección de consumo a fin de mes.
Mientras algunos siguen criticando la celebración por considerarla una "costumbre importada", la realidad es que Halloween se instaló con fuerza en la cultura jujeña, fusionándose con la alegría local y el espíritu festivo que caracteriza a la provincia.
Cada año, más municipios se suman a la propuesta y más familias participan. Quizás no sea exagerado preguntarse: ¿debería Jujuy convertirse en la capital nacional de Halloween?



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