"Cocinamos bajo un árbol porque no tenemos un lugar": jujeños ayudan a los más necesitados

En las calles más frías, cuando todo parece dormido y nadie mira, hay personas que siguen eligiendo estar despiertas. No por insomnio, sino por empatía. Desde hace más de cinco años, el Comedor Bajo El Árbol recorre Jujuy durante la madrugada para asistir a quienes no tienen nada. Ni techo, ni abrigo, ni a veces una mirada.

"Salimos a las 2 de la mañana. Llevamos una infusión caliente, un páncito, ropa de abrigo y algunas mantas. Ayudamos a quienes duermen en la calle, bajo los puentes, afuera del hospital o de la iglesia", cuentan quienes integran este grupo de voluntarios. Aseguran que hoy dan de comer a unas 180 personas, sin estructura ni respaldo político, solo con voluntad.

"Vengo cocinando bajo un árbol porque no tengo un lugar", dice uno de los impulsores. En su voz no hay lamento, hay convicción. Porque para él, no hay tiempo que perder. "No tenemos que esperar a que muera alguien para poder ayudarlo. Hay que salir a caminar a la noche y de día para saber dónde está esta gente".

El grupo no pide grandes cosas: apenas un poco de ayuda, y sobre todo, compromiso. "Les pedimos a los políticos y a la Iglesia que se involucren más. Que no se queden en los discursos, que se acerquen", expresan.

Mientras tanto, ellos siguen. En silencio, con una olla, un termo y el corazón abierto. Porque para quien duerme en la calle, un desayuno caliente no es solo comida: es señal de que todavía alguien lo ve, lo escucha, lo reconoce.

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Podés hacerlo al 3886047965. Cada ayuda cuenta. Cada gesto suma.

Porque la dignidad también se sirve caliente, con un "buen día" y sin esperar nada a cambio.