Sullus y sacrificios humanos: entre tradición andina y relatos macabros
Un hombre denunció que fue a una fiesta de la Pachamama y despertó cuando lo estaban enterrando vivo.
En la cosmovisión andina, agosto es considerado el mes en que la Madre Tierra "abre la boca" para recibir ofrendas por los frutos otorgados durante la temporada agrícola. Entre los elementos tradicionales de estas ceremonias se encuentran dulces, hojas de coca y los sullus, fetos de llama disecados que simbolizan respeto, protección de los cultivos y reciprocidad con la naturaleza.
Sin embargo, la discusión se ha intensificado por relatos que vinculan los sullus con prácticas mucho más extremas y perturbadoras: supuestos entierros humanos como ofrenda. En Bolivia, un hombre de aproximadamente 30 años denunció haber sido enterrado vivo en un campo baldío tras participar de una reunión en la zona altiplánica de El Alto. Según relató, perdió el conocimiento luego de recibir bebidas alcohólicas y despertó dentro de un ataúd, cubierto con arena, en lo que describió como un intento de "meterlo de sullu".
Estos episodios, que algunos consideran leyendas urbanas y otros "secretos a voces", han despertado alarma tanto dentro como fuera de las comunidades andinas. Mientras los sullus se mantienen como símbolos legítimos de la conexión con la Pachamama, los relatos de entierros humanos plantean un debate sobre los límites entre ritual ancestral y violencia extrema.
Especialistas en antropología advierten que estos casos son aislados y no representan las tradiciones auténticas de la región. Sin embargo, los testimonios refuerzan la percepción de que ciertas prácticas culturales pueden ser malinterpretadas o incluso explotadas de forma peligrosa.
El choque entre la tradición y los relatos macabros evidencia una problemática central: cómo preservar las raíces culturales sin que mitos o abusos ensombrezcan los rituales. En este contexto, la discusión sobre los sullus y sus implicancias sigue siendo un tema sensible y polémico, que combina historia, religión y advertencias sobre los riesgos de confundir mitología con hechos reales.
En Jujuy debe acabar la costumbre andina y erradicarse porque de lo contrario este tipo de crímenes se volverá popular en nuestro territorio. Estoy Seguro que sucede actualmente, pero los defensores de la joda y pseudocostumbres ancestrales lo defienden a capa y espada.
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